Vuelvo a retomar el blog.
Porque en algún momento del camino perdí la energía, la paciencia y las ganas de intentarlo.
Porque mis niños me necesitaban mas que yo escribir, y me he ido dejando esperando este día... El de volver a escribir escupiendo palabras una tras otra.
Mi niño mayor ha cumplido seis años, ha empezado primaria, y no para de contar cosas, le da igual que sea un portal en Minecraft, o de los poderes milagrosos de Lady Bug, o que quiere unas botas metálicas para ir a la luna...
El viene, y me lo cuenta. Con la parte extendida y todo.
Mientras que una, cocina, friega, hace la compra o simplemente esta sentada en el baño. Mi Nene.
Y ahora viene el plato fuerte, la locura de la casa, cuando la casa esta en silencio salgo corriendo a buscarlo porque me imagino lo peor.
De cerrar todas las ventanas por que el señor adora subirse a sillas y mesas y marcarse unos pasos de baile.
He de explicar que el Tete aprendió a mover el culo bailando antes que andar.
Ha empezado la escoleta (guardería), y en tres días, ha empezado a cantar, y estoy pensando seriamente en coger a los niños y al padre y que se pongan a tocar la guitarra, bailar y cantar, y yo voy pasando la gorrita.
Mi casa se ha convertido en un espectáculo del humor, aunque a veces hay lagrimas, por supuesto. y aún así, no pude evitar reírme un poco la ultima vez que el nene lloro y el tete berreo mas aun por solidaridad. Eso es amor fraternal y lo demás tonterías. El truco esta en tranquilizar al nene para que el tete calle.
Y bueno, ahora que tengo tiempo para mi no se por donde empezar...