Un saco de paciencia. Es lo que necesita una madre. Este blog va de madres. De la fuerza que sacan no se donde, del valor que tienen para traer a este mundo a una criatura y quererla, educarla y respertarla.
Mi aventura empezó en un embarazo lleno de obstáculos, nueve meses complicados de los cuales solo recuerdo el calor y las patadas de mi niño en las costillas.
Intentamos un parto natural, pero pensaron que habían riesgos y después de 12 horas tenia en brazos a mi hijo.
La crianza natural no entraba en mis planes. Pero caí en sus redes sin saberlo. La primera noche dormí abrazada a mi bebe, intentando establecer la lactancia. Paciencia. Mucha.
A la mañana siguiente, una enfermera me dijo: No tenéis cuco?, teníais que haberlo pedido!.
Hicimos nuestra primera noche de colecho sin saberlo.
A los dos dias, tuve la visita en casa de una asesora de lactancia, me tranquillizo, me dijo que todo estaba bien. Muchas gracias Michel.
Los bebes comen cada 2 horas. Pues el mio cada hora y media. Levantarse de la cama dolorida, con un ojo cerrado para sacarse una teta se hace, pero cuando te das cuenta que te has quedado dormida y que has puesto en peligro a tu bebe... Decides tumbarte y seguir practicando la lactancia en posición horizontal. Otra noche mas de colecho!.
Siempre que he podido me he quedado mirando a mi hijo, desde cerca, desde lejos, mientras duerme, mientras come,...
Es increíble verlos crecer, y yo no quiero perderme un segundo.
Paciencia también con los comentarios, opiniones y consejos. Escucharlos todos, alguno será el bueno, pero por regla general, yo lo único que he intentado es seguir mi instinto materno, que os prometo, yo no tenia hasta quedarme embarazada.
Mi madre fue la que me dijo: no lo cojas tanto en brazos. Y yo le conteste: si me pongo a trabajar tendrá que ir a la guardería y allí no lo cojera nadie en brazos. Mi madre cogió al niño y lo abrazo muy fuerte. Todo lo fuerte que se puede abrazar a un bebe, claro.